Estoy totalmente fascinada con la lectura de Sexografías de Gabriela Wiener. Encontrar el libro ha sido una odisea. Luego de tres intentos fallidos donde las vendedoras del corte inglés me miraban con cara de pervertida y los vendedores gafa pasta de la Fnac me miraban con cara de loca, dí con el ejemplar como si fuera un trofeo bien merecido.
Es curioso, en las librerías está catalogado en la secciones de Sociología, Sexualidad o Feminismo. Y sin embargo es un libro de relatos cuyo tratamiento literario se enmarca dentro de llamado "Nuevo Periodismo" latinoamericano.
Aquí un consejo para los despistados: no os dejéis engañar con el título. Aunque es verdad que el sexo es el hilo conductor de los distintos capítulos, el libro supera este tema con una maestría implacable.
Es verdad que algunos relatos generan más morbo que otros y he de confesar que empecé la lectura por la página 93 "Nacho Vidal se lo monta con quince", sólo por la curiosidad y que provocaba el título. Leí el relato en un avión que me llevaba a una reunión de trabajo muy cerca de Jerez de la Frontera. Su exhibicionismo y sinceridad hicieron que me sonroje de sólo pensar que alguien pudiera adivinar mi lectura. El relato es casi un cuento en dónde el príncipe azul es una estrella pornográfica que eyacula sobre los pies de la entrevistadora o súper heroína que venga secretamente a todas las mujeres zarandeadas alguna vez por Vidal.
Una vez satisfecha mi curiosidad vouyerista me adentro en el resto de capítulos, a mi entender mucho más sorprendes y cautivadores.
Segunda confesión: me ha resultado muy fácil sentirme identificada con esta joven escritora peruana. Las dos estamos en los treinta, nos hemos formado en el periodismo latinoamericano y hemos cruzado el océano varias veces para vivir en España, país que nos es propio por elección y ajeno por naturaleza.
"Ser de un país y vivir en otro es como tener un amante sin renunciar del todo al viejo y dedicado esposo", dice Wiener en sin duda su capítulo más emocionante, el testimonio de una madre primeriza (ella misma), una extranjera con estudios que no deja de cuestionarse su elección vital "¿Qué hacía aquí, por qué me quedaba, qué esperaba de todo esto".
La diferencia entre Wiener y yo es que ella mucho más valiente y se anima a bajar a las profundidades para contarnos qué pasa en esos sitios donde no nos animamos a mirar: clubs de swingers, locales de prostitutas, tuneros, el mundo de las amas, el sadomasoquismo, los outsiders y excéntricos en general.
Sin embargo lo que me fascinó del libro fueron sus crónicas más personales y enternecedoras: la visita a una granja porcina y su empatía con los cerditos o el relato de embarazada excitándose con el cuerpo de otras embarazadas. .Mención aparte merece su experiencia como donadora de óvulos en una clínica de Barcelona. Es absolutamente reveladora y toda feminista que se precie de tal no debería dejar de leer esta crónica.
No importa si lo que cuenta en el libro es verdad o mentira. Sus historias tienen vida propia. Dejad de lado el pudor e ir corriendo a vuestra librería más cercana.
Foto de Daniela Dorfman